19 de marzo de 2010

Canción de otoño en primavera. (poema)

Canción de otoño en primavera. *

Juventud, divino tesoro,
¡ya te vas para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro...
y a veces lloro sin querer.

Plural ha sido la celeste
historia de mi corazón.
Era una dulce niña, en este
mundo de duelo y aflicción.

Miraba como el alba pura;
sonreía como una flor.
Era su cabellera obscura
hecha de noche y de dolor.

Yo era tímido como un niño.
Ella, naturalmente, fue,
para mi amor hecho de armiño,
Herodías y Salomé...

Juventud, divino tesoro
¡ya te vas para no volver...!
Cuando quiero llorar, no lloro,
y a veces lloro sin querer...

La otra fue más sensitiva,
y más consoladora y más
halagadora y expresiva,
cual no pensé encontrar jamás.

Pues a su continua ternura
una pasión violenta unía.
En un peplo de gasa pura
una bacante se envolvía...

En sus brazos tomó mi ensueño
y lo arrulló como a un bebé...
Y le mató, triste y pequeño
falto de luz, falto de fe...

Juventud, divino tesoro,
¡te fuiste para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro,
y a veces lloro sin querer...

Otra juzgó que era mi boca
el estuche de su pasión
y que me roería, loca,
con sus dientes el corazón

poniendo en un amor de exceso
la mira de su voluntad,
mientras eran abrazo y beso
síntesis de la eternidad:

y de nuestra carne ligera
imaginar siempre un Edén,
sin pensar que la Primavera
y la carne acaban también...

Juventud, divino tesoro,
¡ya te vas para no volver!...
Cuando quiero llorar, no lloro,
¡y a veces lloro sin querer!

¡Y las demás!, en tantos climas,
en tantas tierras, siempre son,
si no pretexto de mis rimas,
fantasmas de mi corazón.

En vano busqué a la princesa
que estaba triste de esperar.
La vida es dura. Amarga y pesa.
¡Ya no hay princesa que cantar!

Mas a pesar del tiempo terco,
mi sed de amor no tiene fin;
con el cabello gris me acerco
a los rosales del jardín...

Juventud, divino tesoro,
¡ya te vas para no volver!...
Cuando quiero llorar, no lloro,
y a veces lloro sin querer...

¡Mas es mía el Alba de oro!


                       (Rubèn Darìo)

16 de marzo de 2010

RUBÈN DARÌO :)

Ahora  dejando una frase de Rubèn Darìo...
espero les guste...

11 de marzo de 2010

Caso (poema)

Caso

A un cruzado caballero,
garrido y noble garzón,
en el palenque guerrero
le clavaron un acero
tan cerca del corazón,

que el físico al contemplarle,
tras verle y examinarle,
dijo: «Quedará sin vida
si se pretende sacarle
el venablo de la herida».

Por el dolor congojado,
triste, débil, desangrado,
después que tanto sufrió,
con el acero clavado
el caballero murió.

Pues el físico decía
que, en dicho caso, quien
una herida tal tenía,
con el venablo moría,
sin el venablo también.

¿No comprendes, Asunción,
la historia que te he contado,
la del garrido garzón
con el acero clavado
muy cerca del corazón?

Pues el caso es verdadero;
yo soy el herido, ingrata,
y tu amor es el acero:
¡si me lo quitas, me muero;
si me lo dejas, me mata!


                                             (RUBÈN DARÌO)

10 de marzo de 2010

La Canción de la Noche en El Mar (poema)


La Canción de la Noche en El Mar


 Qué barco viene allá?
   ¿Es un farol o una estrella?
  ¿Qué barco viene allá?
  Es una linterna tan bella
 ¡y no se sabe adónde va!

¡Es Venus, es Venus la bella!
¿Es un alma o es una estrella?
¿Qué barco viene allá?
Es una linterna tan bella...
¡y no se sabe adónde va!

¡Es Venus, es Venus, es Ella!
Es un fanal y es una estrella
que nos indica el más allá,
y que el Amor sublime sella,
y es tan misteriosa y tan bella,
que ni en la noche deja la huella
 ¡y no se sabe adónde va!

                                                                             (RUBÈN DARÌO)

8 de marzo de 2010

La calumnia. (poema)


LA CALUMNIA.

Puede una gota de lodo
sobre un diamante caer;
puede también de este modo
su fulgor oscurecer;
pero aunque el diamante todo
se encuentre de fango lleno,
el valor que lo hace bueno
no perderá ni un instante,
y ha de ser siempre diamante
por más que lo manche el cieno.

                               (RUBÈN DARÌO)

6 de marzo de 2010

Triste, Muy tristemente. (poema)

Triste, Muy tristemente.


Un dìa estaba yo triste, muy tristemente
viendo como caìa el agua de una fuente.

Era la noche dulce y argentina. Lloraba
la noche. Suspiraba la noche. Sollozaba
la noche. Y el crepùsculo en su suave amatista
liluìa la làgrima de un misterioso artista.

Y ese artista era yo, misterioso y gimiente,
que mezclaban mi alma al chorro de la fuente.

                                       (RUBÈN DARÌO)

4 de marzo de 2010

Dìa de Dolor.

¡Dìa de dolor,
aquel en que vuela para siempre el àngel
del primer amor!

Rubén Darío


Felìx Rubèn Garcìa Sarmiento, mejor conocido como Rubèn Darìo, (Metapa, hoy Ciudad Darìo, Matagalpa, 18 de enero de 1867 -Leòn 06 de febrero de 1916), fuè un poeta nicaragûense, màximo representante del Modernismo literario en lengua española. Es posiblemente el poeta que ha tenido una mayor y màs durarera influencia en la poesìa del siglo XX en el hàmbito hispànico. Darìo fuè llamado prìncipe de las letras castellanas.

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